Una joven artista local reclama su lugar en el campo de la fotografía.
Esta
joven no ha llegado a la edad de los 30, tiene menos de cinco años empuñando la
cámara, aprendió el oficio de fotógrafa durante el período de estudios
universitarios en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de
Yucatán.
Sin
embargo ella está en el ring disputando espacios y gloria en el ya competido
mundo local de las imágenes artísticas. Su nombre es Tamara Uribe, los
intereses de su lente son la moda, la arquitectura y el retrato.
Los
primeros conocimientos sobre fotografía de esta joven profesional provinieron
de sus propios estudios universitarios, donde aprendió a manejar el género
analógico. Una vez que compró su cámara digital emprendió el desafío de lograr
un estilo. Para practicar comenzó con ella misma, hizo un sinnúmero de
autorretratos. Después abrió su campo de acción y poco a poco se dio a conocer. Ha publicado trabajos en
revistas y en exposiciones.
Para
los amantes de los museos y galerías, cuyo ambiente no se compara con mirar
obras a través de la computadora, ella llevó una selección de sus imágenes, principalmente en el rubro del retrato, al Museo de Arte Contemporáneo ernando Ponce García-Macay). Ahí tiene una exposición que estará abierta hasta fin del año.
Esas
fotos son en blanco y negro y a color. En ellas juega con las luces, el movimiento
de la modelo y la velocidad de la cámara. En una parte de las imágenes hay
elementos sobrepuestos o difusos. Como toda obra, estas placas buscar
impresionar y crear sensaciones.
Quizá
un elemento criticable de esa muestra es la repetición que se ofrece de un
mismo tema en una serie de imágenes: es una modelo captada en el mismo ambiente
y entorno lumínico, a igual distancia.
Lo único que cambia es el ángulo.
Pareciera que la artista no supo elegir cuál de todas esas fotos es la mejor y
entonces colocó todas a la vista del público.
Actualmente
Tamara combina su profesión de arquitecta con el de fotógrafa. Son dos
segmentos artísticos que permiten la exploración, algo que ella disfruta y que
son parte de la materia prima de sus creaciones. (Mérida Cultura).