martes, 15 de diciembre de 2015

Un pincel detiene su trazo




Falleció el pintor Juan Manuel Mier y Terán Calero.



En la más reciente edición de la revista turística Yucatán  Today  nos enteramos de la muerte del pintor Juan Manuel  Mier y Terán Calero, acuarelista de los paisajes de esta región de México y además empresario, entusiasta velerista y aficionado al buceo.

Este creador falleció el pasado 5 de noviembre, tras larga dolencia y a la edad de 65 años. Su viuda,  Judy Abbott Blain, escribió en  la revista un pequeño artículo sobre cómo conoció a don Manuel, los tres años de noviazgo que tuvieron y el nacimiento de su única hija, Andrea, casada con Pierre Jean Aspar.

También  narra ahí las aventuras para crear la guía turística Yucatán Today con un esquema singular que hace difícil igualarla. Esa publicación tiene 28 años en el mercado.  
Este  diciembre el matrimonio de Manuel y Judy celebrarían sus 41 años de unión.

Este artista huyó del hogar a los 17 años de edad para ir a Estados Unidos a estudiar pintura. Sus padres, resignados y aceptando que esta era la vocación del muchacho,  lo inscribieron en una escuela de arte comercial de Nueva York. Más adelante se matriculó en el Miami Art Institute, en 1971,  de donde egresó con otro título más en ese rubro.

A don Manuel le gustaba viajar.  Quizá en sus recorridos por el mundo observó la falta de buenas guías para turistas. En Quintana Roo creó “Mayan Holiday”, la primera guía turística de Cancún, y después, en 1983, fundó  Yucatán Today.

Una parte de los trabajos en acuarela de Manuel Mier  y Terán se agruparon bajo el nombre de “Watercolors de  Yucatán”. En esta colección hay vistas de zonas arqueológicas, edificios emblemáticos de Mérida y otras imágenes típicas de esta tierra. Otra de sus colecciones pictóricas son acerca de los pescadores locales y sus embarcaciones.


Al ver esas imágenes descubrimos en ellas a este pintor amante de la naturaleza y de su tierra, un hombre que supo disfrutar de la vida porque descubrió el arte de vivirla y gozarla.  (Mérida Cultura)

jueves, 10 de diciembre de 2015

Mirada de artista





El mundo visto por los ganadores de la Bienal 2015.



Si no has tenido oportunidad de visitar la exposición  de los trabajos que  participaron  en la Bienal de Artes Visuales 2015 y no piensas acudir a observarlas entonces aquí puedes darte una idea de cómo son esas obras  que el jurado consideró que son las mejores de sus respectivas categorías y merecieron llevarse los premios respectivos, que consistieron en cheques que van de $70,000 a $130,000.
Obra ganadora en categoría de escultura.

Si bien te traemos en este blog algunas fotos de esa muestra, lo mejor es acudir a verla porque de esta forma las obras se aprecian mejor y el espectador  puede generar mejores ideas, sensaciones y experiencias sobre esa impresión visual. 

Además se puede ver también los trabajos que no ganaron y compararlos con aquellos que resultaron triunfadores o recibieron menciones honoríficas.

Esta pieza ganó el premio de dibujo.
Las pinturas, esculturas, grabados, fotografías, dibujos y vídeo-instalación que concursaron se muestran en el Centro de Artes Visuales de Yucatán. Están repartidas en las distintas salas de ese edificio ubicado frente a la iglesia de Santa Ana, en el barrio del mismo nombre.   

Hubiera sido deseable que los trabajos premiados estuvieran juntos y no  repartidos en las distintas salas, pues esto facilitaría su localización. Al estar repartidas, el visitante no sale de ahí con la seguridad de haber visto todas las obras ganadoras.

Categoría de gráfica.
En este blog, en nuestra Sección de Noticias, dimos a conocer los nombres de los artistas triunfadores de esa bienal, así como sus lugares de origen y las categorías en las que participaron. Esa nota incluyó fotografías de los trabajos. Ahora te traemos imágenes de esas obras.

En pintura el ganador fue Antonio Girón, del Distrito Federal, con su obra “Mujer Desnuda”, la cual fue premiada con $130,000. Es un óleo sobre tela, de técnica abstracta.

En escultura la ganadora es Tania Ximena Ruiz, del Distrito Federal, con la obra “Procesión del silencio” que le valió recibir  $130,000. Es una composición de piezas de cerámica y póster de color marfil que semejan icebergs flotando. Las más grandes alcanzan 60  cm de altura, están repartidas sobre una tabla de 150 por 150 cm.  

Esta autora dice que  “En mi trabajo pretendo unificar narrativas internas no lineales que representan lo inexpresable; lo que surge como vendaval en la conciencia de seres conscientes relacionados con su medio, con su muerte, con su espíritu”.

Obra premiada en fotografía.
En dibujo el premio fue para Marco Arce, del Distrito Federal, con su obra “Cráneo reflejado”, en colores azul, blanco, negro y grios, por el cual obtuvo $100,000.

En gráfica el triunfador fue Plinio Villagrán Galindo, de Oxaca, con  “Taxonomía”, al cual se asignaron $100,000. Es una composición de seis cuadros unidos que en  conjunto miden 140 por 150 cm. En ellos se muestran imágenes impresas mediante la técnica de inyección de tinta sobre papel. En ellas se muestran las  manos enguantadas de una persona ordenando o jerarquizando libros, textos, fotos y documentos.

 vídeo-instalación
En fotografía la distinción fue para Melba Arellano, de Guerrero, con las fotos “El líder”, “El policía” y “Pareja presidencial”, todas ellas son parte de un trabajo compuesto por una serie que ella denomina Palacio Municipal  y que tomó en el poblado de donde ella es originaria. Su premio fue de $70,000.

Las tres imágenes que ella envió a este concurso, acompañadas de explicaciones, muestran al presidente municipal del  pueblo acompañado de su esposa, a uno de los policías encargados de proteger a los habitantes de esa región azotada por la violencia y a un dirigente del partido oficial que cobra en la nómina municipal por su trabajo proselitista.

En la categoría de vídeo-instalación el ganador es Jesús Jiménez, de Michoacán, con “Anagrama matemático”, premiado también con $70,000. Consta de una calculadora de la cual sale una tira impresa de varios metros de largo, la cual apunta a una pantalla en la que corren cifras mientras se escucha el ruido que produce la máquina durante su funcionamiento.


En el Centro de Artes Visuales se exponen las 108 piezas de 83 artistas  participantes en la bienal.  (Mérida Cultura)

lunes, 7 de diciembre de 2015

Yucatán visto por un artista francés




Dice que descubrió lo escondido entre la ficción y la realidad.



“En Yucatán la omnipresencia de la ruina es constante. Se halla en ciudades mayas, haciendas  y monasterios y también en su capital Mérida, donde hay muchas casas abandonadas”, dice Guillaume Lepoix, artista galo que después de pasar tres meses en esta tierra presenta cinco trabajos realizados con base en lo que  vio aquí durante ese tiempo.

Esas obras son en los géneros de pintura, dibujo, instalación, fotografía y vídeo, y en  ellas, dice, trata de encontrar el punto de equilibrio , la interfaz entre “entre la ficción y la realidad en Mérida”.

Los cinco trabajos se exponen desde esta semana en galería Frontground (ante Galería “Manolo Rivero”), donde ese extranjero tuvo su taller.  Lepoix arribó  como parte del  programa “Interfaz Residencias Cruzadas” que tiene Yucatán  con una región francesa de Bretaña.

Ese plan consiste en un cruce de artistas. Creadores yucatecos van a esa tierra y los de allá vienen a esta región. Al final de su estancia deben crear obras y exponerlas. Ese intercambio es realizado por la Escuela Superior de Artes de Yucatán, el Instituto Francés de América Latina y la Escuela Europea Superior de Arte de Bretaña.

Esas residencias cruzadas reciben el nombre de “La fábrica de las imágenes”.

La fotógrafa local Mariana Sánchez Alday viajó a Francia como parte  de ese programa, y esta semana también inaugurará su exposición  en ese país.

-Después de tres meses de la creación, esta exposición se puede leer como un documento de trabajo –expresa Guillaume Lopoix-. Durante este tiempo he tratado de encontrar una " intimidad perdida", hallar el espacio turístico fugitivo entre la ficción y la realidad cotidiana.

-A través de la pintura, el dibujo, la instalación, la fotografía y el vídeo trato de encontrar el punto de equilibrio , la interfaz entre esos dos elementos.

El artista galo también explica que usa el arte para explorar los diálogos entre el mundo digital y el paisaje, entre el humano y lo que queda del mundo natural.

Las  obras que él  expone en la Galería Frontground llevan los títulos de Censura, Los árboles, Inframundo, El espectro, Souvenirs  y La escena.

-Yucatán es un país llano pero sus habitantes tienen una relación de " verticalidad " con el fondo de la tierra –dice este creador al  explicar  una de sus obras (Inframundo), realizada después de que conoció los cenotes.
Considera que el terreno llano y esos ríos subterráneos son una interfaz. Esta forma de interfaz, agrega, también se da en el mundo de la informática, ahí está representada por la red virtual.

-Mirar el paisaje del cielo meridano es como ver una multitud de redes que se nos aparece. Es como si el centro de Mérida se derrumbara sobre sí mismo.

Respecto a Censura, otro de sus trabajos, dice:

-Las piedras usadas para construir las iglesias Mérida procedieron de antiguos templos mayas. En Yucatán la omnipresencia de la ruina es constante. Se halla en ciudades mayas, haciendas  y monasterios y también en su capital Mérida, donde hay muchas casas abandonadas.

Esta obra consisten fotos de templos católicos sobrepuestos para formar una pirámide prehispánica. “Con estos elementos se crea un nuevo edificio que combina y confronta dos mundos, dos épocas”. añade.

Respecto a su escultura “El espectro”, hecha de hierro y cintas de colores, dijo que al crearla se imaginó “un ritual en marcha, un frenesí de cintas semejantes a oraciones. Esta multitud de cintas revela una silueta fantasmal, no como una presencia que ronda de noche sino más bien como un espectro sobrecargado de colores”.

Para realizarla se inspiró en  la imagen de San Charbel Makhluf (santo  maronita libanés del siglo XIX) expuesta en la Catedral y que se caracteriza por las cintas de colores con peticiones que los feligreses colocan sobre esa figura.

Respecto al vídeo que elaboró, este puede observarse en You Tube (https://youtu.be/_Sh9RRN09as).


Ahí muestra el viejo y abandonado teatro de lo que fue el Círculo Camionero.  Considera que ese edificio cobra vida con el movimiento que producen sobre él las plantas que lo cubren y los animales que lo rondan.

“Ahí, la naturaleza juega tranquilamente su programa”, expresa el artista (Mérida Cultura).

miércoles, 21 de octubre de 2015

De Televisa a Mérida



Un  actor que ha hecho de todo lanza una mirada al ámbito cultural local.



Hace  diez  años  el actor Álvaro Carcaño cambió de escenario, dejó la congestionada  ciudad de México y se estableció en  Mérida con su esposa Maribel Vargas. En esta “capital  cultural” subió de nuevo a las tablas, fue catedrático, intentó establecer un colegio de actuación  y miró incrédulo la maraña artística local que no cuaja en un  plan de cultura que aporte al crecimiento social de la población.

Este artista se suma a las voces locales que deploran el camino que tomó el llamado teatro  regional yucateco, el cual en realidad es  un teatro de revista con números de baile, cantantes y actuación que parodian películas o series  televisivas y en  unos casos está cargado de insultos o burla ofensiva.

Entre las actividades que él realiza en esta capital está la dramaturgia. Ha elaborado monólogos con los que él se ha presentado en distintos foros. 
El último de ellos fue “¡Mira lo que traje, mamá!”, que estrenó en el teatro “José Peón Contreras”. Es un texto que invita a voltear al problema de los niños de la calle y hacer algo para terminar  con el  problema.

En esa historia se narra el caso de un hombre que vive con su madre anciana y de modo fortuito  entabla conversación  en un parque con una niña que confiesa carecer  de  hogar  ni familia. El hombre la lleva a su casa e infructuosamente intenta hallar a parientes de la pequeña, la cual se convierte  en fuente de alegría y sorpresas en su nuevo hogar. Pero hay un desenlace fatal  en esa historia.

Si bien  el numeroso público que acudió a esa presentación disfrutó del trabajo del actor en ese melodrama, se extravió en la historia narrada. La obra concluyó sin  que los espectadores supieran que esta había llegado a su final, a pesar de que el actor había dejado el  escenario.  Transcurrió un pesado silencio hasta que alguien lo rompió con su aplauso y entonces  se le unió el resto de los asistentes.

Medios siglo ante el  público.


Álvaro Carcaño es un  veterano actor, lleva más de 50 años en ese medio, el cual conoció desde que era pequeño y su madre  lo llevaba a clases de actuación. 
La mayor parte de su carrera la hizo en el  doblaje para cine y televisión, en aquella época cuando esa  especialidad alcanzó gran  desarrollo y puso el nombre  de México en el medio internacional.

Este artista prestó su voz para uno  de los personajes de la serie de dibujos animados La Pantera Rosa y fue parte del elenco del programa infantil de televisión "Odisea Burbujas".
Según  varias fuentes,  también estuvo detrás del micrófono en las películas Patch Adams, El rey león, El capitán Nemo y la ciudad sumergida, Lomax, Los héroes de Hogan, El crucero del amor, Dos perfectos desconocidos y otros filmes más.

También hizo radio, guionismo,  pantomima, dirección y adaptación. 

Ha pisado todo tipo de escenarios con  trabajos para distintos públicos, incluyendo el infantil. El teleteatro, una pequeña telenovela y un trabajo con la Compañía Nacional de Danza también figuran en  su palmarés. 
En Mérida  amplió su lista de experiencias al participar en un proyecto con la Orquesta Sinfónica de Yucatán.

Sus estudios.

Carcaño estudió en  la Escuela de Teatro de Bellas Artes y en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM. En París tomó cursos de pantomima con el legendario Marcel Marceau.

En Mérida, apoyado por su esposa, una guatemalteca crecida en Ecuador y nacionalizada mexicana, abrió una escuela de teatro que después cerró. También han realizado distintos montajes teatrales, principalmente monólogos que ofrecen  una  o dos veces al año. Fue catedrático de la Escuela Superior de Artes de Yucatán.

Quienes han charlado con él saben de su postura de pedir que las autoridades locales del ramo cultural ofrezcan más calidad que cantidad  en sus programas oficiales, así como de la necesidad de generar entre la población mayor gusto por el teatro y que este se acostumbre a pagar por el consumo cultural.

Con frecuencia se ve a este artista entre el público que asiste a los distintos teatros locales que ofrecen proyectos estudiantiles, amateur y profesionales, una diferencia que, dice, debe establecerse para no engañar a quien acude a presenciarlos.


Álvaro Carcaño también es amante de los perros. Tiene  un pequeño can que en ocasiones lleva incluso al  teatro. Luce como un hombre sencillo,  realizado y feliz. Al parecer, su vida ha sido de película. (Mérida Cultura).

miércoles, 14 de octubre de 2015

El atractivo de lo incompleto



Deslumbrado por Van Gogh, este pintor yucateco terminó deslumbrando con su propio estilo . 

La semana pasada se inauguró en la galería del teatro “José  Peón Contreras” una  exposición de 47 obras del pintor yucateco Gabriel Ramírez Aznar, con la cual se celebran los 50 años de trabajo de este creador, quien se considera “un pintor de temporal” pues dice que nunca buscó hacer carrera en este género artístico.

Este artista, ganador de premios y  quien en enero próximo cumplirá  78 años de edad, es considerado como uno de los que influyeron en México a transformar el concepto de arte contemporáneo. Su obra abstracta es parte de colecciones en varios lugares de la República así  como en  Israel, Cuba,  Nicaragua y Chile.


A pesar de su fama y la demanda que tienen sus pinturas no considera a estas como algo extraordinario sino fruto de un  gran esfuerzo.  Mantiene la modestia de considerar que sus creaciones no son algo maravilloso sino resultado de ese intento de que todo trabajo esté hecho lo mejor posible.

No son abstractos.


En entrevistas y charlas que ha dado sobre su trabajo, Ramírez Aznar ha planteado que sus cuadros no son totalmente abstractos pues él tiene  una fijación  muy grande con la línea, el dibujo y la figura. Siempre incorpora alguno de estos elementos en sus pinturas, de modo que ninguna de ellas es totalmente abstracta.

A su edad sigue arriesgando para conseguir lo mejor pues opina que en la pintura y toda actividad en general “cuando se es demasiado educado, demasiado correcto, demasiado serio y se está satisfecho con  lo que se tiene entonces ya no se arriesga para conseguir lo mejor”.

Sus cuadros dan la impresión de no estar terminados, casi en todos ellos hay fondos blancos, el blanco siempre está presente como protagonista o complemento junto con otros colores y trazos.

Lo fortuito  y lo inacabado.


“Mi experiencia me ha enseñado que lo incompleto es lo más atractivo, lo más profundo y lo más expresivo”, ha dicho sobre ese aspecto de su obra, en la cual trata de comunicar ese concepto sobre lo inacabado.

“Sigo creyendo que lo más valioso de mi pintura es lo fortuito, el hallazgo, el dejarse llevar por la inventiva. La capacidad de sugerir y estimular al espectador a participar de ella”.

Sus obras se inspiran en el clima  cálido de esta tierra, en  la intensa luz que la baña todo el año. Por ello tienen colores intensos. Los nombres de varias de sus pinturas reflejan lo anterior: “Itzimná aéreo”, “Maya”, “Encuentro de Kukulkanes”, “Rocas bajo la luz”, “Mediodía vivo” y “Locura en los vientos”.

Para realizarlas también se nutre también de su pasión por el cine, la música y la literatura. Gabriel Ramírez es además escritor e investigador de cine.

La colección que ahora se muestra en el teatro ya citado se denomina "Los colores y las líneas", sólo estará disponible para el público este octubre. Consta de 47 piezas realizadas en acrílico, óleo sobre tela y técnica mixta en los años 2013, 2014 y el actual.

Gabriel Ramírez tenía 17 años de edad cuando dejó Mérida y se estableció en la ciudad de México,  donde en 1959 comenzó a pintar. Lo hizo deslumbrado por Van Gogh. Su primera exposición fue en 1965, en la Galería Juan Martín. Ese mismo año participó en la IV Bienal de Jóvenes en París, Francia.

Según  el Museo Fernando García Ponce-Macay, donde hay una colección permanente de su trabajo, este artista plástico ha recibido premios nacionales e internacionales: Premio Internacional de Dibuix “Joan Miró” (en sus ediciones de 1972 y 1975), en Barcelona, España; Medalla Yucatán (1986) que otorga el gobierno de Yucatán; Beca  del FONCA en su calidad de creador artístico (1989 y 1999); Premio Literario Antonio Mediz Bolio (1997) por La Cosa Cultural, y la Medalla al Mérito Artístico del Instituto de Cultura de Yucatán (1998).


Sobre su vida y obra se han editado distintas publicaciones y realizado documentales para televisión. 

Junto con esta exposición de la que hablamos se presentó el Catálogo Ramírez Aznar, editado por la Sedeculta y el cual reúne su obra en estos 50 años de trayectoria. Son  155 páginas que incluyen comentarios de José de la Colina, Blanca Luz Pulido y el propio pintor. (Mérida Cultura).


sábado, 10 de octubre de 2015

La música y la fe



Percusionista entregado a Dios y a su profesión.


Hay profesiones que no son un trabajo sino  una pasión, y entre quienes piensan de este modo está el músico argentino Mauricio Bonfiglio, impecable artífice de la batería, integrante de la Orquesta Sinfónica de Yucatán, director de grupos musicales y elemento infaltable en conjuntos y ensambles que requieran de un artista de su talla.

Entregado a su arte y a Dios, este yucateco adoptivo manifiesta esas dos cualidades en el escenario  y en su vida diaria. Atinadamente da ejemplo de cómo asumir correctamente una profesión,  cualquiera que esta sea,  y convertirla en cascada de satisfacciones. Y lo mismo hace con su fe, es un creyente sólido, busca la congruencia entre lo que predica y lo que hace.

Lo anterior pudimos verlo en su reciente concierto de jazz dirigiendo a la Mérida Big Band, en el cual condujo a otros destacados músicos a  una  velada que atrajo gran público que casi llenó el teatro “Armando Manzanero” donde se realizó esa presentación. 
Además envió breve mensaje espiritual y relató la transformación que la fe logró en un saxofonista cubano que lo acompañó esa noche y que ahora es,  además de músico, pastor de una iglesia.

Mauricio Bonfiglio se graduó en la Escuela de Música Popular de Avellaneda, en Buenos Aires, y lleva unos diez años establecido en Mérida. Parte de sus  muchas actuaciones locales se deben al grupo “Jazz  Sensitive” que él dirige, pero también por su participación con casi todo tipo de orquestas, conjuntos y ensambles. 

Con el grupo  “Jazz Tunkul” estuvo en un festival en Cuba, y también acompañó al “Grupo Blu” de Monterrey, al Coro de la Ciudad de Mérida en una presentación especial, al ensamble “Amadeus” y al cuarteto “Los Juglares”.

Actuó con la Orquesta Filarmónica del Patrimonio Mundial y formó parte del conjunto musical que estuvo con Armando Manzanero en presentaciones en esta tierra.

Casi no hay cantante local que no lo haya tenido en conciertos especiales.  En este caso están Chelo Medina, María San Felipe, Gina Osorno, Verónica Valerio, Cacho Medina, Cony Ancona y Fernando Vega.

Se le ha visto en los festivales De la Ciudad de Mérida, el Musical de Mayo, De la Trova y el Internacional de Jazz de Yucatán así  como en el Conkal Jam, el Telchac Jazz Jam  y los Ciclos de Jazz en Mérida.

Además acompañó al guitarrista austríaco Tom Kubin, y a los músicos cubanos Humberto Casanova y Yumar Bonachea (CUB), al también  guitarrista francés Louis Martínez, al pianista puertoriqueño Edsel Gómez, y el estadounidense Gary De Rose.

También es profesor de batería en el Taller de Arte Contemporáneo  y predicador de su fe  en la vida diaria. (Mérida Cultura).

sábado, 3 de octubre de 2015

La voz del agua

Markéta Loman Vogel




El pincel de una pintora checa atrapó a los cenotes yucatecos



Desde la República Checa, guiada por el amor, siguiendo al hombre mexicano que la conquistó, Markéta  Loman Vogel se estableció hace unos años en  Yucatán y se hizo hija adoptiva de esta tierra.

A  partir de entonces esta pintora extranjera baña con sus pinceles a la península yucateca, a la cual explora desde el subsuelo, indagando en  los cenotes que guarda en el vientre, esos mágicos ríos subterráneos que no  existen en su país natal y que llaman su atención.

En sus lienzos vemos el resultado de su aventura de ingresar a esos reservorios de agua virgen que los mayas consideraban casi sagrados, sitios místicos que conectan con otro mundo. Con su arte visual ella extrae ese tropical líquido y lo trae hasta nosotros convertido en pintura.

Hace un tiempo que esta artista checa elaboró una serie de cuadros relativos al agua. Con acrílico, óleo y acuarela captó al líquido cristalino,  juguetón y vital. 

Ella pinta al agua en tranquilo y silente movimiento. Atrapa sus reflejos, la retrata cuando esta presume sus colores jade y añil para competir con el ambiente aturquesado y ocre donde surgen los cenotes.

En esas visitas la pintora observó que cuando el aire cálido del Mayab baja para beber en los cenotes, el agua se ruboriza con ese  beso y forma ondas en las que rebota el brillo diamantino del sol cuando  las toca.  

En  otros casos el agua arruga el azul del cielo cuando este se espeja en ella, o bien el líquido parece amarillento pues se confunde con el color tostado de las pardas cuevas que le dan refugio.

El público tendrá oportunidad de ver todo esto en una exposición que ella inaugurará el próximo día 16 en la galería  La Eskalera ubicada casi frente al parque de Santiago, junto al antigua café La flor de Santiago.

Atinadamente ella bautizó esa muestra con el nombre de “La voz del agua”, porque en esas pinturas la vemos expresándose con su cambiante vestuario: azules, verdes, amarillos, cafés…Observamos al líquido con colores opuestos, complementarios y neutros, según haya sido captada apaciguada, girando o deslizándose ante la luz o semiculta de esta.

Esta creadora visitó cenotes y playas para elaborar esos cuadros. Parte del trabajo lo hizo al aire libre y el resto en el estudio. Acerca de este tema tiene 26 acuarelas, dos de acrílico y óleo en papel cascarón  y siete óleos en tela.

No es la primera vez que Markéta Loman se sumerge en la naturaleza para elaborar sus cuadros. Por el contrario, es común que recurra a ella para expresarla en sus obras. Entre sus colecciones está una elaborada sobre rocas y estructuras que deja ver la Tierra en sus formaciones geológicas.  

También ha pintado desiertos, paisajes europeos,  ríos y marinas.

Markéta Loman Vogelová nació en Praga. En agosto de 2011 llegó a Mérida. Su formación artística la comenzó en la Escuela Secundaria de Artes Aplicadas en Praga, después tomó  cursos de dibujo de la figura humana en la Academia de las artes, la arquitectura y diseño de Praga, y en la Academia de bellas artes. En esta última estudió arte textil.

En 2001 hizo un proyecto internacional de arte en Florencia, Italia;  y en 2003 y 2004 estudió en la Academia Bezalel, en Jerusalén. Posteriormente hizo un semestre en el Kent Institute of Art and Design de Inglaterra y tomó un diplomado en pedagogía en  el National Institute for Further Education de Praga.

Es artista independiente en pintura y arte de textil, ilustradora y diseñadora gráfica. Colaboró con casas editoriales  y estudios de publicidad en la República Checa, hizo murales para un restaurante en el centro histórico de Praga y fue docente de talleres textiles en la escuela para estudiantes minusválidos en esa capital.

En Mérida trabajó durante dos años como maestra de los cursos creativos de verano para los niños en la institución Habla, el centro de lenguas y cultura en Mérida. 
Desde 2014 coopera con el Laboratorio de Arte Textil Tramantes e imparte cursos del arte de textil.

Ha expuestos en museos y galerías de su país y de Inglaterra, Italia y Estados Unidos. Parte de sus obras están en colecciones de la República  Checa, Suiza, Israel, Estados Unidos y México. (Mérida Cultura).

Todas las fotos exhibidas en esta nota fueron tomadas del portal de internet de esta pintora.

Si deseas saber más sobre esta artista, visita estos sitios de internet:

marketalomanvogel.blogspot.mx
marketaloman.blogspot.mx
marketameridaloman.blogspot.mx

domingo, 27 de septiembre de 2015

Drogas, tema de un libro yucateco de 1936




Un escritor olvidado advirtió desde entonces contra ese problema.



El problema de la drogadicción en Yucatán está presente desde principios del  siglo pasado pero  no tema que se abordara abiertamente en la sociedad, como ocurre ahora.
Un testimonio de esa situación la tenemos en el libro “Los irredentos”, escrito en los años 30 por el yucateco Pedro Pérez Piña, quien fue de los primeros autores del Siglo XX en plantear en sus obras ese problema social.

Lo anterior fue expuesto por la antropóloga Rosely Quijano León,  docente de la Universidad Autónoma  de Yucatán  y especialista en lingüística y literatura,  durante su participación en el congreso “Estética, discurso y entorno: 200 años de literatura yucateca” que se realizó durante tres días en esta ciudad de Mérida y concluyó ayer.

La investigadora presentó el libro “Los irredentos”, editado por la Secretaría de la Cultura y las Artes. Dijo que ese libro es una novela de 1936 que gira en  torno al comercio de drogas en el puerto de Progreso durante la década de los 30. Los protagonistas son una pareja adinerada provenientes de familias muy  conocidas en la sociedad y que se vuelve adicta a los estupefacientes.

Al abundar sobre el autor,  Pedro Pérez Piña, indicó que no era un escritor muy conocido en el medio local a pesar de que escribió 12 noveles -sólo publicó tres- y distintos poemas. También incursionó en el teatro. El autor era médico de profesión, nació el Ticul pero radicó en el puerto de Progreso, donde colaboró en la revista “Juventa”. En  sus escritos realizaba con frecuencia denuncias sociales.

Este escritor es considerado uno  de los autores olvidados de la literatura yucateca.
Foto de la revista Otro Lunes

Otro libro presentado durante ese congreso es “Solana”, un poemario en prosa escrito con lenguaje conmovedor y sencillo, con aspectos de nostalgia y melancolía y reflexiones sobre la  vida y la muerte que giran alrededor de la infancia y adolescencia de su autor, el chiapanco Fernando Trejo,  un licenciado en Ciencias de la Comunicación  y  con diplomado en Guion Cinematográfico.

La obra “Solana” consta  de cuatro capítulos, en 2014 recibió mención honorífica del Premio Nacional de Poesía Joven “Elías Nandino”.

Fernando Trejo es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y tiene un diplomado en Guio Cinematográfico.

Esa presentación estuvo a cargo de los escritores Carlos Martín Briceño y Will Rodríguez.(Mérida Cultura)


jueves, 17 de septiembre de 2015

Enigmas, costumbres y misterios.




Amplio panorama de la civilización maya en una exposición.



Desde principios de este mes muchos siglos de misterio, encanto y conocimiento se asoman  ante la mirada de habitantes de esta capital y de turistas que nos visitan, gracias a una singular exposición que ya causó asombro en  el extranjero.

Hablamos de la colección “Mayas, el lenguaje de la belleza” que ofrece el Museo Regional de Antropología Palacio Cantón.  Es una amplia muestra de 278 piezas procedentes de distintas regiones y épocas de esa civilización prehispánica que fueron reunidas para ser mostradas en China. Unas 40 de ellas provienen de Yucatán.


Nos preguntamos por qué este valioso conjunto no está en el Gran  Museo del Mundo Maya, construido con millonaria inversión cuyo monto y condiciones siguen ignorados por la población. Se supone que ese edificio fue creado para exhibiciones de este tipo. 

Aquí te ofrecemos algunos aspectos de esa interesante muestra:

El cuerpo como lienzo.- Las intervenciones de la apariencia del cuerpo, una práctica cuyo propósito es modificar el aspecto físico, constituyen un  elemento común en todas las sociedades pasadas y actuales.

En el mundo mesoamericano, y en particular entre los mayas, la población se ocupaba  de su belleza. Todos los días se realizaban peinados y se ponían pintura en la piel. Tenían además otros arreglos para ocasiones festivas.

Algunos de esos adornos, como los tatuajes y cicatrices realizadas a propósito, cambiaban para siempre el aspecto de la persona. Esto era considerado  expresiones visibles de identidad cultural o de pertenencia social.

Entre  las modificaciones permanentes que llegaron a tener especial  importancia se encuentra la escarificación facial y los ornamentos dentales así como la modificación de la forma de la cabeza, la creación de estrabismo y las perforaciones en labios, nariz y orejas para lucir adornos.

El cuerpo de color.- La pintura corporal, como ya dijimos, era una práctica cotidiana y generalizada entre todos los integrantes de la sociedad maya, en esto no había distinción de clases ni de sexo.


Cronistas que vieron esta práctica narraron  que la gente se untaba el cuerpo y el rostro con un ungüento de color al que en ocasiones añadían un bálsamo aromático. También se estampaban  la piel con motivos decorativos   hechos mediante sellos de cerámica planos o cilíndricos.

Además ese decorado tenía otro fin práctico: protegía contra los mosquitos, el calor y el sol.  

El cuerpo en movimiento.- Se exhibe la escultura de un acróbata que data del período de 600 a 900 años después de Cristo, proviene de Tabasco y es ejemplo de que el arte maya se distingue por la gran cantidad de representaciones de la figura humana que alcanzan altos niveles de detalle y virtuosismo, mostrando el cuerpo con gozo y sensualidad.

Ese acróbata se muestra con los brazos cruzados al frente, las manos bajo el mentón, y el cuerpo flexionado en 90 grados hacia arriba, dando clara cuenta de la gran flexibilidad y expresión   del cuerpo humano.

Voces en  piedra.- Esta exposición incluye piezas relacionadas  con  la escritura maya,  uno  de los enigmas más atrayentes de esta cultura. Esa civilización utilizaba entre 2500 y 400 grafías para elaborar sus inscripciones jeroglíficas.

Muchos de esos glifos representan una variedad de animales y se usaron  para nombrar a estos pero también para formar otras palabras homófonas, es decir,  palabras con otro significado,  pero con sonidos o valores de  lectura similares.

Enfermedades.- ¿De qué se enfermaban los mayas? Al menos de hidropesía o retención de líquidos en los tejidos, principalmente en  el vientre aunque también se presenta en  los tobillos, muñecas, brazos y cuello. Ese padecimiento es signo clínico de que la persona sufre de otras enfermedades del corazón, riñones y aparato digestivo.

Se considera que ese mal era común entre los mayas por la cantidad de representaciones que se han encontrado de esa enfermedad. Incluso el libro sagrado de los mayas, el Popol Vuh, habla de dos señores del inframundo que provocaban a los hombres puso e hinchazones muy dolorosas. 

En esta exposición hay piezas escultóricas que hablan de ese problema de salud entre ese pueblo.

Textiles.- En esta muestra hay varios fragmentos de textiles prehispánicos, están en una urna que, a diferencia del  resto,  no está iluminada para evitarles daño por la luz y calor. Este tipo de vestigios son raros porque se degradan y pierden  fácilmente por ser orgánicos. Los que se muestran  aquí  fueron  obtenidos en exploraciones realizadas al Cenote Sagrado, en Chichén Itzá.

La belleza del plumaje.- Las plumas de aves exóticas,  símbolo de riqueza, fertilidad, poder y belleza, tuvieron un papel medular entre  los mayas. No se conserva ningún trabajo plumario de esa época. 

Pero las pinturas y esculturas evidencian la existencia de artesanos hábiles que elaboraron tocados, forros de escudos, adornos de lanzas y de palanquines así como abanicos y otros objetos más  usando bellas plumas que pegaban con resinas sobre papel  vegetal o armazones de madera y mimbre. También las entrelazaban con textiles para formar prendas multicolores.

Guerra y territorio.- El tema bélico tuvo particular relevancia en el arte  y la iconografía  mayas durante el  período Clásico, cuando la guerra se convirtió en un símbolo de autoridad. 
En ese tiempo las imágenes de cautivos de alto rango capturados  en otras urbes figuraron  al  centro de múltiples pinturas  y esculturas. Con frecuencia aquellos son mostrados atados y sojuzgados y con  sus nombres  inscritos para  ser identificados. 

Como ejemplo de esto se exhibe a un  personaje de Toniná, Chiapas, que porta  un gran sombrero y orejeras de papel.

También hay muestras de indumentaria bélica. Se exhibe la figura de un guerrero listo para la batalla, con escudo, lanza, yelmo y un complejo tocado que semeja la figura de un animal adornado con bellas plumas de quetzal.

En esta extensa colección que se reparte en los dos pisos del  Palacio Cantón, también hay figuras de animales (murciélagos, patos, coatís y peces). Junto a  cada  pieza hay explicaciones sobre qué significado tenían estos en esa cultura precolombina o por qué le daban importancia.

Otros asombrosos ejemplares prehispánicos que se puede ver ahí son “El  escribano" (un incensario efigie hallado en Mayapan) y la escultura de  un Chac Mool (Garra roja o Brujo rojo), que es quizá la imagen más difundida del arte escultórico maya  y es considerado guardián  de ceremoniales que se realizaban  en los templos y era intermediario entre los hombres  y los dioses.

Hay otras piezas más que dejan ver la cantidad de deidades  y entidades sagradas que veneraba ese pueblo. El panteón maya es enormemente complicado porque lo integran deidades con características contrapuestas.

Esta exposición incluye una gran pantalla interactiva que resulta especialmente interesante para los niños. Es una línea del tiempo,  las imágenes y explicaciones  de cada período aparecen al apretar los botones.

Sin duda, esta es una colección para disfrutar, vale la pena  visitarla más de una vez para tener tiempo de apreciar cada pieza y saborear el conocimiento que  nos trae sobre esa asombrosa civilización. (Mérida Cultura)


Este museo está en Paseo de Montejo , abre de 8 a 5 de la tarde, de martes a domingo. El boleto cuesta $52, pero es gratis para adultos mayores, estudiantes y profesores. Los domingos no pagan los visitantes nacionales.