lunes, 20 de noviembre de 2017

Teatro, verdad y disciplina en un homenaje

Eglé Mendiburu recibirá la Medalla Yucatán

“El teatro no surgió para competir sino para comprender, para conocer, para reflexionar. Surgió  por una necesidad del humano de transmitir y convivir”.

Estas palabras de la joven actriz y guionista yucateca Marpi Jiménez podrían servir para describir los más de 50 años de trayectoria de Eglé Mendiburu, dama del escenario que esta semana recibirá otro homenaje más a su trabajo.

Nos da la impresión de que esta creadora de personajes siempre se paró ante el  público para transmitir emociones, generar reflexiones y hacer crecer la cantidad de público enamorado del arte teatral. Por ello elegimos las palabras de Marpi Jiménez para intentar describirla.

Eglé, con una joven actriz
Eglé ha participado en más de 100 montajes escénicos de distintos géneros. Y en todos ellos su profesionalismo le impidió menospreciar cualquier papel que le asignaron, sin importar que este fuera principal o secundario, breve o extenso.

Con su experiencia histriónica ella hace girar los reflectores hacia su persona. Por esa razón, su nombre en carteles de melodrama o comedia atrae público.

Entre sus más recientes apariciones está su participación en la pieza de teatro regional yucateco “El mucbipollo de don Pancho”, que hizo temporada en el Centro Cultural Olimpo, como parte de las actividades organizadas por el Ayuntamiento para celebrar la tradición de los Fieles Difuntos.

Foto de internet
Antes de ello fue parte del elenco de “Alrededor de las anémonas”, obra de Juan García Ponce que hizo largas temporadas en el teatro La Rendija y en la Casa de la Cultura del Mayab.

Esta artista fue seleccionada para recibir la Medalla Yucatán, en su edición 2017. Esta presea creada por el gobierno estatal ha sido entregada anteriormente a Fernando Castro Pacheco, Alfredo Barrera Rubio y Ricardo López Méndez, entre otros.

La ceremonia será este martes 22, a las 8 de la noche, en el Gran Museo del Mundo Maya. Además de la medalla recibirá $25,000 y un diploma. 

Debido a su talento, Eglé Mendiburu formó parte de la Compañía Nacional de Teatro. Entre los montajes en los que participó en ese tiempo está La sobrina del tío Bigornia, una dramaturgia de Genovevo Palasuya.

Eglé en la obra "Tío Vania"
Ella fue también parte del elenco de la obra “El tío Vania”, que dirigió Raquel Araujo y que tuvo gran acogida entre el público peninsular y quienes la vieron en la edición número 36 de la Muestra Nacional de Teatro, cuya cartelera incluyó esa escenificación.

En Brasil participó en la III Mostra Latinoamericana de Teatro de Grupo, realizada en la ciudad de Sao Paulo.

En 2014 esta actriz fue homenajeada durante el Festival de Teatro “Wilberto Cantón”, por sus 55 años en la escena y su labor docente en el medio teatral.

En 1997 y 1999 recibió las Medallas al Mérito Artístico,  que también otorga el gobierno estatal. Además obtuvo el Premio Nacional a la Mejor Actriz (1964) y el Trofeo Maya como Actriz Destacada.

Eglé es testigo del desarrollo teatral de Yucatán. Cuando ella pisó las tablas por primera vez, la actividad escénica se concentraba en el teatro regional yucateco que producía el comediante Héctor Herrera “Cholo”. 

Foto de internet
Después fueron surgiendo actores y compañías privadas, actividad se creció a raíz del surgimiento de la Escuela Superior de Artes de Yucatán, de donde han egresado varias generaciones de profesionales en esa rama. 

Respecto al trabajo docente de la homenajeada, este abarcó 32 años en el Centro Estatal de Bellas Artes, donde ella fue profesora y posteriormente directora de  la sección de teatro.


De esa  larga trayectoria ante público y estudiantes surgió un concepto que ella comparte como sentencia a quien quiere escucharlo: “Un actor sin disciplina es un actor sin talento, y  un pueblo sin teatro es un pueblo sin verdad”. (Mérida  Cultura)

domingo, 8 de enero de 2017

Artesanía escénica



Espectáculo al estilo de circos europeos

El sábado pasado se presentó en el atrio de la Catedral el espectáculo "Voces del tiempo" que abrió el programa de eventos del Mérida Fest que anualmente se realiza para celebrar la fundación de la capital yucateca, la cual esta vez llegó a la edad de 475 años.

La presentación citada es una producción de música, danza, teatro, circo y  videomapping que reunió a 54 artistas de la escena (28 acróbatas y bailarines y 26 músicos y cantantes).

El ex director de Cultura del Ayuntamiento,  Irving Berlín Villafaña, hizo pública una descripción que él realizó acerca de ese espectáculo y también externó su opinión sobre la importancia de que ese tipo de proyectos sea realizado con artistas locales. Aquí están esas consideraciones:

“El sábado se inauguró el año cultural de Mérida con un espectáculo llamado Voces del tiempo. Las imágenes, las opiniones, la satisfacción de los asistentes dicen que fue un evento memorable. 

"No es para menos. La artesanía escénica, como gusta en llamar la compañía Illai a sus creaciones, tiene el signo de Finzi Pazca, el creador reconocido mundialmente. Lorant Voros y Karen Bernal son sus hijos. Viven en Mérida. Han acompañado al creador suizo y a la compañía del Circo del Sol desde hace años.

“Ellos han dirigido en Mérida numerosas experiencias circenses, acrobáticas, musicales, exhibiciones y de capacitación. Han estado antes en La Noche Blanca, en el Meridafest, en la Temporada Olimpo Cultura. Son apasionados de su trabajo. Son apasionados de la ciudad.

“Karen y Lorant o Lorant y Karen, como se prefiera, saben usar los recursos técnicos de luz, sonido, mapping, danza, música, vestuario, artefactos escénicos y los más disímbolos y extraños talentos del circo europeo, aquel que maravillaba desde la edad media con sus hombres abominables pero capaces de volar y sus enanos danzantes entre telas de una araña.

“En torno a ellos, una parte de la comunidad artística trabaja conjuntamente. Casi toda la sección de metales de la Orquesta sinfónica, Juanjo, Samuel, los más visibles; parte de la comunidad circense de Mérida y de danza contemporánea; secciones de los ballet del Ayuntamiento de Mérida e incluso nuestra Gina Osorno que ya vuela entre las satisfacciones que nos deja su voz y su estilo.

“Esta unión local de talentos hace posible una artesanía escénica, como la que usted vio el viernes 6 en Mérida. Todo o casi todo Made in Mérida.

“Más allá del mérito artístico, la belleza coreográfica y la narrativa del espectáculo –que en algunas partes requirió desde mi punto de vista del apoyo de la poesía, la literatura y la historia- quisiera recalcar una cosa: Mérida será capital cultural algún día por la acción de sus universidades, sus instituciones, sus políticas públicas novedosas, su comunidad artística local y sus propias creaciones.



“Mérida nunca será capital de nada si el dinero público lo ponemos, fundamentalmente, en comprar las estrellas que viven en la estratósfera. Estas vienen, brillan, se van y apenas dejan una satisfacción volátil. Por eso es muy importante para mí analizar el gasto cultural de los gobiernos y comprender su sentido estratégico”.