martes, 4 de agosto de 2015

Imágenes para reír, sorprenderse o reflexionar



 

 

Leslie Santos Bonilla nos muestra esa realidad paralela que no percibimos.


Un artista de la fotografía se diferencia del resto de la población gracias a su impulso irracional que le hace ver el mundo con mirada diferente. Estos fotógrafos son como un gato en la oscuridad, pueden distinguir lo que el ojo humano no capta.

En esa categoría está Leslie Santos Bonilla, una joven fotógrafa que vive del fotoperiodismo pero cuya pasión es la imagen inusual, el trabajo artístico,  el concepto que motiva reflexiones.


Su atención se centra en lo inusual, lo extraño y lo inédito. También capta los dramas sociales, los pone en el papel para que no pasen inadvertidos para esta sociedad donde ganan terreno el individualismo, el egoísmo y la indiferencia. 
En este caso su cámara es un colador sumergido en el lodo social para separar y exhibir la pobreza y la injusticia.

Esto lo vemos en sus gráficas de indígenas, invidentes, obreros, comerciantes informales y todos aquellos que forman ese lumpen. En estos casos el mensaje visual es la rabia o la indignación.

A veces esta creadora se pone romántica y entonces nos comparte imágenes donde vemos el arribo de una noche quinceañera o del alba besando al horizonte.

Los arrebatos que ocurren al obturador de su cámara se presentan cuando ella realiza su trabajo cotidiano de fotoperiodista. Durante ese ajetreo su mirada instintiva descubre esa segunda realidad que no vemos el común de los mortales, y la captura para siempre en los bytes de su cámara.

Esto lo podemos ver en su blog (“La hija de un Santos”) y en una exposición colectiva que en estos días se muestra en la sala de la Secretaría de la Cultura y las Artes. En este lugar ella muestra 12 fotografías en color y en blanco y negro. Diez de ellas corresponden al sueño de la clase marginada. Son personas dormidas en lechos improvisados en la calle, el parque, el mercado, el puesto de trabajo…Las otras dos son denuncias sobre los defraudados por Crecicuentas.   

Leslie es de baja estatura, sonriente, de carácter afable y de abundante cabello rizado que casi siempre lleva atado o cubierto con una gorra. Usa anteojos, le gusta mascar chicle, viste con pantalón de mezclilla y botas de trabajo. Rechaza el maquillaje, prefiere mostrarse al natural, como sus fotografías. 
Lleva colgados al cuerpo sus cámaras, mochila y otros implementos de trabajo. Su apariencia es la de un cazador rastreando a su presa.

Ella aprendió las cosas básicas de fotografía de un tío suyo que también laboró en el medio periodístico. La mayor parte de su avance y logros profesionales son mérito propio. Actualmente labora en un periódico local. 

Quienes conocen el trabajo artístico de Leslie están siempre atentos al pensamiento gráfico de esta mujer. Quieren que ella los siga sorprendiendo y los haga reír, reflexionar, angustiarse… o suspirar. (Mérida Cultura)

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