Una exposición muestra los amplios recursos de los que se vale la cultura popular para representar los Nacimientos.
Creados hace 800 años mediante
representaciones vivientes los Nacimientos siguen siendo en México un elemento
tradicional en la celebración anual de esa fiesta religiosa. Incluso la
tecnología moderna que permite colocar en un cometa una nave no tripulada no
menoscaba esa costumbre y, en cambio, contribuye a preservarla aportando
nuevos elementos y materiales para
decorarlos o construirlos.
Creados en Europa por San Francisco de Asís,
los Nacimientos llegaron a suelo azteca y al resto de Hispanoamérica con la
conquista española. Fue uno de los elementos a los que recurrieron los frailes
en su tarea evangelizadora.
Hace décadas esos pesebres o “Belenes” eran
imprescindibles en los hogares, eran una tradición muy arraigada junto con las
Posadas.
Si bien hoy día esa práctica está menos
extendida no ha desaparecido. Sigue siendo un elemento común en las
celebraciones decembrinas.
La fundación Fomento Cultural Banamex nos
recuerda en estas fechas la importancia y arraigo que tuvo esa tradición en el
pueblo mexicano, al grado que elaborar los Nacimientos alcanzó una categoría de
trabajo artesanal reconocida. Es un elemento antropológico más para entender la
cultura de muchos pueblos del amplio territorio mexicano.
Hace unas dos semanas esa institución abrió en el Museo de Arte
Popular de esta ciudad una exposición sobre la tradición de elaborar esos
nacimientos. Son unos 50 conjuntos y piezas procedentes de distintos puntos de
la República que muestran la técnica y los materiales a los que se recurre en
cada zona para elaborar los pesebres.
Esa muestra permite ver cómo se dio la
“mexicanización” de esa tradición llegada del Viejo Mundo. Inicialmente la
gente con recursos económicos adquiría los Nacimientos importados, fabricados
en madera principalmente. Pero después los artesanos y el pueblo en general
recurrió a lo que tenía a mano para confeccionarlos.
Y en este proceso se
agregaron a los pesebres indumentarias y otros elementos típicos de esta parte
de América, lo cual los hacía más atractivos para el consumo popular.
Es común ver en esas escenificaciones del nacimiento
de El Salvador a personajes representativos de los oficios que eran típicos en
la sociedad mexicana: panadero, merenguero, vendedor de globos, carpintero,
leñador, cartero, barbero, costurera,
torteadora, lechero, zapatero, etc.
En el centro del país los Belenes tienen
además la figura del demonio, un elemento incorporado en México para
representar al bien y al mal. La figura de Lucifer aparece cerca del pesebre o
bien tentando a los distintos personajes que componen el conjunto
representativo.
En la exposición que trae Banamex se puede
ver la amplia variedad de materiales a los que se recurrió en el país para
elaborar los pesebres. Es una consecuencia de la revalorización del arte
popular y el reconocimiento al trabajo de los artesanos que dieron rienda
suelta a su creatividad.
Se considera que hay pocos lugares en el mundo donde
los Nacimientos son reproducidos con la amplia variedad de materiales y
técnicas, como ocurre en México.
Hay pesebres elaborados con latón, plomo,
hierro, plata y pewter. Otros prefieren materiales más suaves, como papel,
cartón, cuero y trapo. Los hay quienes recurrieron a la repostería para hacer
las figuras. Las hay de chocolate, afeñique o la semilla de calabaza tan usada
en Yucatán para hacer los llamados dulces de mazapán.
En otros casos se recurrió a frutos, semillas
y plantas. Hay Nacimientos confeccionados con hoja de mazorca o caña de maíz,
vainilla, hoja de plátano, flor de siempreviva, hojas de palma real y vara de
sauce así como ixtle, jícara, palma de jipi, paja, zacate, tule, amate, chuspata y otros bejucos y lianas de cada región.
Otras alternativas son materiales
provenientes de animales, como plumas, cuerno, hueso, cuero, cera y conchas. O
bien vidrio, chaquiras, jabón, chicle, popotillo, chaquiras, mármol, yeso, cerámica,
resinas sintéticas, plastilina y otros materiales más.
Hoy día hay regiones del país que se
caracterizan por seguir fabricando esas representaciones religiosas con las
antiguas técnicas artesanales. Los poblados de Tzintzuntzan (Michoacán), Metepec (Estado de México), Tolimán (Guerrero) y Tlaquepaque (Jalisco)
son ejemplo de ello.
Mañana viernes, cuando los museos de la
ciudad reanuden sus actividades después del asueto navideño, habrá oportunidad
de ver esa exposición de Nacimientos en el Museo de Cultura Popular y constatar
parte de lo aquí expuesto sobre esa manifestación del pueblo mexicano. (Mérida
Cultura).
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