MATRIMONIO Y MÚSICA: BINGO SHOW.

El dueto Bingo Show, en una calurosa presentación dominical
en el Ayuntamiento.

¿ A qué se debe su éxito de casi

40 años de artistas y esposos ?   

 

Los esposos Isis Orozco Aguilar y Benjamín Escudero Beltrán pueden presumir que hallaron la fórmula para conseguir éxito en el trabajo, la música y el matrimonio. Esta pareja originaria del D.F. tiene 36 como dueto artístico y 38 de unión conyugal. Y ven el trabajo como una tarea grata, una diversión. Para ellos presentarse ante el público no es una labor que se realiza con desagrado, esperando terminar el horario del día para huir de esa rutina.

La pareja lleva 38 años de matrimonio.

Esto último se constata al verlos en el escenario. Isis canta y baila cada pieza que interpreta, proyecta su entusiasmo hacia el público, contagiándolo con su ánimo. A su vez, Benjamín, guitarrista desde niño, se afana con las cuerdas, la caja de ritmos y un aparato para tocar los bajos con pedales. Además ejecuta coros o canta algunas canciones para dejar descansar la voz de su pareja.

“Nosotros no subimos al escenario a trabajar, vamos a divertirnos”, expresa Benjamín, quien junto con sus hermanos tenía un conjunto musical en el Distrito Federal, cuando él era soltero.

Isis Orozco Aguilar proviene de una familia de músicos
y compositores. Antes de casarse, ella formaba parte de un
conjunto musical juvenil.

El triunfo de esta pareja en el medio artístico radica en su amplio repertorio de música romántica, aquella compuesta por autores inolvidables y que agradará siempre porque fue tejida con fibras del sentimiento.

¿Y cómo hacen para conservar un matrimonio de varias décadas? Benjamín también responde a esto: “A diferencia de otras parejas, comparto con mi esposa las 24 horas del día: dormimos juntos, comemos juntos, ensayamos juntos, actuamos juntos…”.
Y agrega: “En la mayoría de los matrimonios la pareja se separa durante ocho horas para ir a trabajar, eso no ocurre con nosotros”.

Isis Orozco canta y baila en el escenario.

Sus 38 años de unión les dieron dos hijas y varios nietos. “Una de mis hijas vive aquí, en Mérida, es profesora y actualmente dirige un jardín de niños”, indica Benjamín, quien lleva 52 años en esa actividad. Mi otra hija también comparte el gusto por la música, pero esta se quedó en el Distrito Federal, ahí hizo su carrera en este campo”.

¿Y cómo nació Bingo Show? La pareja se conoció cuando cada uno de ellos era parte de conjuntos musicales que en ocasiones coincidían en presentaciones, así se conocieron, se hicieron novios y se casaron. Crearon juntos un grupo artístico cuyos integrantes se fueron yendo con el tiempo hasta dejarlos solo, y entonces decidieron mantenerse como dueto. El nombre de Bingo surgió al unir la primera letra del nombre de cada uno de ellos.  

Benjamín Escudero Beltrán aprendió a tocar la guitarra
desde niño. Sus hermanos también son músicos.

Isis proviene de una familia de músicos. Es sobrina-nieta de Martín Armenta, el trompetista de Los Xochimilcas; es sobrina del director y fundador del grupo  Pepe Arévalo y sus Mulatos; y su tío-abuelo creó el grupo Lobo y Melón. Hace 42 años que ella canta.

En 1985, a raíz del terremoto que destruyó al Distrito Federal, la pareja emigró a Mérida, donde se establecieron definitivamente. Aquí crecieron sus hijas y se casaron con yucatecos.

Bingo Show ha pisado numerosos escenarios de esta capital. Su repertorio es tan amplio que en una ocasión, durante una fiesta familiar, tocaron la guitarra y cantaron durante diez horas, sin repetir ninguna pieza. Su catálogo incluye números bailables, pero prefieren lo romántico clásico, las canciones de Agustín lara, Gonzalo Curiel, Gabriel Ruiz y otros grandes compositores del país, del resto de Hispanoamérica o España así como a los maestros de la trova yucateca.

Bingo Show surgió hace 36 años. La pareja se mudó a Mérida
a raíz del terremoto de 1985.

Uno de los sitios donde se presentan es La Parrilla, donde ya llevan 15 años haciendo temporadas. Actualmente se les puede ver actuar ahí los viernes y sábados. Verlos y escucharlos es una lotería. ¡Bingo!