Nueva exposición en el Museo de Arte Popular.
Las comunidades indígenas del país viven en situación
precaria, la pobreza y marginación son
el distintivo que los acompaña. Pareciera que un requisito para pertenecer a
las etnias es sufrir carencias, discriminación y otras violaciones a sus
derechos humanos.
Por ello sorprende que hundidos en esas desventajas el
espíritu creador de esa gente se siga
manifestando en artesanías que son obras de arte. Sus creaciones son únicas por
su belleza y también porque reflejan una
cultura y conocimientos ancestrales, surgidos en el tiempo en que ellos eran los únicos moradores
de este amplio territorio que es México.
Su trabajo artístico es poco apreciado cuando es ofrecido a
las puertas de sus humildes viviendas o a la vera de carreteras que
conducen a sus abandonados poblados.
Pero su valoración –y el precio- se dispara hasta grandes alturas cuando llegan
a museos y galerías de arte.
No son pocos los casos en que los autores de esas
piezas desconocen que su trabajo es elogiado por su exquisitez, belleza y
originalidad, y que el precio que cobraron por ellos resulta limosna en
comparación con el valor que alcanzan entre comerciantes de arte.
Por esa razón son bienvenidos los esfuerzos por colocar a
esos artistas indígenas en el catálogo de creadores mexicanos y de esa forma
ellos reciban la remuneración económica y distinciones que merecen.
Desde hace un mes puede admirarse en el Museo de Arte
Popular de esta ciudad una muestra del trabajo de esos autores. En esta ocasión
se trata de creadores de Oaxaca, es una selección de las piezas que se realizan
en esa tierra. También es un muestrario del talento de cada autor y de las
creaciones que caracterizan a las regiones a las cuales ellos pertenecen.
Esa exhibición se denomina “Grandes maestros del arte
popular de Oaxaca”. Son unas 100 piezas de barro, metal, textiles, madera, oro,
plata, cuero, papel y otros materiales
más.
Entre ellas están obras de barro moldeado, alisado y
decorado con pastillaje y engobes, procedente de los poblados de Santa María
Aztopa y Pinotepa Nacional. También el
característico barro negro esgrafiado y bruñido que sale de talleres ubicados
en San Bartolo Coyotepec.
Hay una jícara grabada, salida de Jamiltepec; una mariposa
hecha con una aleación a base de plomo,
producida en Tlaxiaco, y maderas talladas y policromadas, creada en
Tilcajete y en Arrazola.
Todos los trabajos exhibidos son parte de la colección
“Grandes maestros del arte popular
mexicano”, propiedad de la fundación Fomento Cultural Banamex, la cual las
cedió para ser expuestas en el museo local ya citado.
En la información que se ofrece al visitante del lugar se
indica, atinadamente, que Oaxaca sobresale por sus bellezas naturales y su
clima. Sus paisajes, su flora y su fauna son fruto de la compleja orografía de
ese territorio alimentado por seis conjuntos fluviales. En las laderas de sus
abundantes montañas descansan planicies, valles y arroyos, y permiten adivinar a sus costas acariciadas por el Pacífico.
Ese contrastante naturaleza, pródiga en colorido y formas
estéticas, inspiran a los habitantes a diseñar y crear obras de arte popular de
excepcional calidad, indica el cartel de bienvenida.
Debido a lo anterior, no sorprende que Fomento Cultural Banamex se
haya topado, desde el inicio de su
programa de Grandes Maestros del Arte Mexicano, en 1996, con los
extraordinarios artistas de esa entidad federativa.
Se agrega que
con esa exhibición se espera
desencadenar acciones de apoyo a esos creadores, y también campañas de difusión
de su arte para que alcancen un mejor desarrollo humano y aumenten su calidad de vida.
Al mostrar el
trabajo que sale de sus manos y el alma se busca además fortalecer su sentido
de pertenencia a sus tradiciones.
La muestra es también un reconocimiento su talento,
creatividad y esfuerzo por realizarlas a pesar de las condiciones precarias en
que viven. (Mérida Cultura)
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